El Gobierno irlandés cree que está en el «buen camino» para frenar el avance del coronavirus, tras constatar que el número de infectados es menor que el previsto.
El jefe médico adjunto del Ministerio de Sanidad, Ronan Glynn, reconoció que aún es pronto para extraer conclusiones a partir de esas cifras, pero confió en que el endurecimiento de la medidas de confinamiento de la población anunciadas el pasado viernes darán resultados.
Insistió en que la «batalla» contra el coronavirus solo «se ganará» cuando «reduzcamos drásticamente las cifras», lo que pasa por evitar que «cada individuo infectado» se lo «transmita a otra persona».
Destacó que el «número de casos diarios» ha «caído significativamente en términos porcentuales» respecto a hace dos semanas, si bien reconoció que «aún es demasiado pronto» para «extraer conclusiones definitivas» y «para bajar la guardia».
En este sentido, el experto lamentó que las autoridades no están efectuado «tantos test de COVID-19 como habíamos previsto».
El primer ministro irlandés en funciones, el democristiano Leo Varadkar, ya ordenó el pasado 15 de marzo el cierre de bares y pubs, pocos días después del de escuelas y universidades, al tiempo que recomendó el trabajo en casa y el distanciamiento social.
Varadkar extendió esas limitaciones una semana después a «los servicios no esenciales», aunque todavía se resistió a decretar una confinamiento más estricto y se mantuvo la actividad, por ejemplo, en el sector de la construcción.