La limpieza diaria de ojos es vital tanto para el humano como para el perro. De esta forma, evitarás que la suciedad acumulada entre en contacto con el globo ocular, reduciendo el riesgo de contraer una infección.
Lo primero es humeceder la lagaña, así evitarás tirones y hacerle daño a tu mascota. Para ello, tomarás una gasa estéril y la empaparás con suero fisiológico. Después masajea suavemente la legaña hasta que esta se suelte. Recuerda usar una gasa para cada ojo.

Si usas la misma gasa para ambos ojos, puedes pasar la suciedad e incluso una posible infección. Recomendamos seguir esta rutina de limpieza dos veces a la semana o más si el perro es propenso a generar muchas lagañas.
Si el perro tiene los ojos enrojecidos y legañas verdes o amarillentas, es necesario que lo lleves al veterinario lo antes posible ya que podría tener conjuntivitis o cualquier otra infección.

Por último: si tienes un cachorro, puede llegar a producir lagañas blancas. Si el animal está bien, es decir, no se rasca los ojos, no produce moco, puede abrir perfectamente los ojos, la legaña no cambia de color y tiene los ojos rojos, es que produce una telilla, la cual se elimina fácilmente.
Son secreciones comunes en perros de hasta un año de edad y se le conoce con el nombre de conjuntivitis folicular del cachorro. Si bien no hay peligro alguno, cuando lleves al cachorro a vacunar, infórmale al veterinario de esta situación.
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